El pasado 11 de septiembre, en el vigésimo aniversario del trágico día que cambió la historia reciente de los Estados Unidos y del mundo occidental, Navy y Air Force se enfrentaron en Annapolis en el primer partido del Commander-in-Chief’s Trophy.

Desde Coollege Nation tuvimos la suerte de poder contactar con un chico que se encuentra de intercambio en Annapolis y nos ha escrito esta maravillosa crónica sobre todo lo sucedido en la Academia Naval en la semana previa al Navy-Air Force, todo el ambiente pre y post partido y –por desgracia para nuestro amigo Pablo– la derrota de los Midshipmen.

De nuevo queremos agradecer a Pablo Álvarez su gran disposición y aportación porque nos ha hecho vivir la fiesta del fútbol americano militar de primera mano y como si lo estuviésemos viviendo en Navy-Marine Corps Memorial Stadium. Muchas gracias, Pablo.

Y ya sabes que, si quieres saber más sobre los programas militares de College Football, Commander Football Esp (@navy_esp) información continua sobre ellos.

Soy Pablo Álvarez, alumno de intercambio entre la Escuela Naval Militar (ENM) y la United States Naval Academy (USNA). Llevo en Annapolis desde hace un mes y hasta antes de venir aquí no había visto nada de fútbol americano (football como lo llaman aquí). El football está muy inculcado aquí dentro de la academia y yo diría que los partidos de fútbol son casi los eventos más importantes que hay aquí y todo gira en torno a ellos. 

El partido de este sábado contra la Air Force es el Segundo acontecimiento más destacado solo superado por el famosísimo Army-Navy game o como le llaman aquí America ‘s game. El partido comienza realmente a principios de esa semana cuando se inaugura la Air Force Week, esta es inaugurada con un evento que se llama Pep Rally donde los mandos de la Academia se valen de motivadores discursos y de las cheerleader y las distintas bandas de música que hay. Durante toda la semana los alumnos de primer curso comúnmente llamados plebes se dedican a hacer pranks que son como gamberradas o locuras de cara a la preparación del gran partido.

El viernes (víspera del partido) se realiza un desfile que es un acto militar al que asisten multitud de observadores y que normalmente cuenta con algún invitado honorífico (para la de este partido vino el Secretary of the Navy que es el señor Carlos Del Toro). La brigada (así es como se conoce a todo el conjunto de alumnos) asiste al acto agrupados en las distintas compañías (30 en total), se les rinden honores a los invitados y se desfila ante un entusiasmado público.

El sábado es el gran día que comienza con una formación a las 2:00 pm en frente de Bancroft Hall que es el edificio donde vivimos todos los alumnos, todo el mundo viste el summer white que es el característico uniforme completamente blanco de todas las marinas, y desde allí se desfila en dirección al Navy-Marine Corps Memorial Stadium, hogar de Navy Football un precioso estadio con más de 34000 localidades. La brigada entra en el estadio accediendo por la Puerta principal y todas las compañías forman sobre el terreno de juego, suena el himno nacional y justo al final del mismo sobrevuelan el estadio dos jets de la Navy. Aprovecho aquí para hacer un alto y contar mi experiencia de lo increíble que es estar sobre el terreno de juego en un estadio repleto de espectadores, con las cámaras de la televisión nacional grabando y con todo el ruido, es una sensación única e increíble que nunca había experimentado hasta antes de venir aquí. 

Tras esta pequeña ceremonia los alumnos ocupan su puesto en las gradas y comienza el espectáculo: un total de hasta 5 paracaidistas de los Navy SEAL (la unidad de operaciones especiales, conocida por ser la más dura del mundo) aterrizan en el terreno de juego portando la bandera de los Estados Unidos y diversas banderas de la Navy.

Debido a que este partido coincidió con el vigésimo aniversario del 11S (9/11 como se conoce aquí) se guarda mucho respeto durante todo el partido a las víctimas. La verdad es que han sido unos momentos muy emocionantes, el 11S se tiene muy presente aquí ya que se considera que ese día cambió el mundo por completo.

El partido es una fiesta continua, en las gradas destinadas los midshipmen se encuentra También la banda de música que ameniza el encuentro. En las gradas inferiores se encuentran los alumnos de primer curso que son siempre los más ruidosos y que son los que tienen la obligación de saltar al campo cada vez que el equipo de la Navy anota un touchdown

Si bien es cierto que una de las cosas que más me sorprenden (acostumbrado a ir a partidos de soccer en España) es que una gran parte de la gente no vive el partido con tensión y esta más preocupada por conseguir buena comida/bebida.

Al acabar el partido (desgraciadamente no ha sido nuestro día), da igual el resultado, el equipo se acerca a la grada donde se encuentran los alumnos y juntos cantan el Navy Blue & Gold, una preciosa melodía que digamos que es el himno de la academia.

Al acabar el partido comienza la tailgate que tiene lugar en los parkings que rodean el estadio y que es organizada por cuantos designados por compañía, de tal forma que cada compañía monta su propio tailgate. Un tailgate viene a ser como la cena post-partido, en el que se ofrece mucha comida (normalmente comida rápida como hamburguesas, pizza, hot dogs, dulces) y también bebida. Es una gran oportunidad para hacer piña dentro de la compañía y para conocer a más gente (ya que normalmente las compañías están formadas por unas 150 personas y es complicado conocer a todo el mundo). A mayores la gente que es ajena a la Academia y que va a ver el partido también organiza sus propios tailgates (más familiares y con comida más casera). Los distintos clubes y equipos de otros deportes de la Academia también montan sus propias tailgates y todo el mundo es libre de moverse y de ir a otras tailgates, ya que aunque todas ofrecen comida y bebida, en algunas se organizan juegos y tambien se ponen distintos tipos de música.

De momento solo llevo dos partidos de football así que mi experiencia aún es limitada, pero de momento los he disfrutado mucho (sobretodo la tailgate), la pena que los resultados no estén acompañando.