Gente como Mark Brunnell, Warren Moon, Desmond Trufant o recientemente, Edefuan Ulofoshio, han sido galardonados en su trayecto en los Washington Huskies con el Guy Flaherty Award. Este premio se otorga al jugador más inspirador para sus compañeros. Capitán de los Huskies y antiguo walk-on de la universidad, fue condecorado con el premio más importante. Pero aparte de ser el más importante, es el premio más antiguo que se otorga en el equipo.
Este premio data de 1908 y su primer ganador, como se puede presuponer, fue Guy Flaherty. Pero yo no me quiero detener en ninguno de los jugadores nombrados. Hoy quiero detenerme en dos ganadores de dicho premio que son leyendas de la universidad y cuyo nombre, gracias a este premio, quedó inmortalizado aún más si cabe con letras de púrpura y oro.
Intentare no referirme a los jugadores de la universidad de Washington con el uso de Husky o Sun Dodger. Esto es debido a que en la época en la que Grimm y Noble jugaron, no se denominaban así. Empezaron a llamarse Sun Dodgers en 1920, pero en 1922, los equipos de la universidad de Washington ya eran conocidos como los Huskies.
Quiera la casualidad, que estos dos hombres tuvieron Centralia como hogar. Situada en el condado de Lewis, en el estado de Washington, Centralia era considerada una apacible población. Y fue allí donde crecieron tanto Warren Ort Grimm (oriundo de Lewistown, Pennsylvania y ganador del premio en 1910) y Elmer John “Cy” Noble (oriundo del condado de Snohomish, Washington, y ganador del premio en 1916).
Quiera la casualidad que esta ciudad, fue también el hogar de la leyenda del baloncesto alemán Detlef Schrempf, donde jugó en su instituto un año antes de ingresar en los Huskies.
Si bien partían con edades distintas, podían haberse llegado a conocer. Es algo que no sabemos y que no tenemos idea, la verdad. Lo que sí sabemos es que compartieron instituto y si, como ya hemos visto, compartieron universidad, pero lo que quizás no compartieron, fue aquello de estar en el mismo lugar al mismo tiempo. Esto es, no compartieron emparrillado en el equipo de Washington, puesto que cuando Walter Grimm ya se había graduado, Elmer Noble se encontraba en la graduación de su clase del instituto de Centralia.
Warren Ort “Wedge” Grimm nació en 1888 y a temprana edad, sus padres se mudaron a Centralia, donde pasó la mayor parte de su vida. Reputado atleta, encontró acomodo rápido en el mundo del football y fue una pieza clave en el equipo de la universidad de Washington, los cuales estaban al mando de la leyenda de Hastings, Robert Gilmour “Gloomy Gil” Dobie.
Gil Dobie sabía lo que se hacía. Solo hace falta ver que tras nueve temporadas en Washington, su balance fue de 58 victorias, cero derrotas y 3 empates, amén de tres victorias y cero derrotas en postemporada. Un invicto de 64 partidos, un récord que sigue vigente a día de hoy y que, en muy rara ocasión, podría ser batido.
Y para Gil Dobie, Warren Grimm era uno de los mejores tackles que había tenido. En los tiempos en el que el football en el oeste del país estaba un poco aislado debido a las comunicaciones y a la no inmediatez que existía con las noticias, posiblemente fuera verdad. A día de hoy, con la tecnología, sería fácil poder revisar si Coach Dobie tenía razón.
Cabe decir que Warren Grimm tenía hermanos que también jugaron en los Huskies. Tuvo la suerte de jugar con uno de ellos, Huber Edwin, al cual apodaban “Polly”. Con William Henry o “Bill” no tuvo la suerte de jugar. El caso es que Warren pudo ejercer al salir de la universidad la abogacía, pero llegado el momento en el cual los Estados Unidos declararon la guerra a Alemania en abril de 1917, se presentó voluntario.
Sonará extraño esto, pero sirvió en Siberia en el A.E.F. Siberia (American Expeditionary Force, Siberia) para después pasar a Manchuria con el regimiento número 31 de infantería. Cuando acabó su servicio, colgó el uniforme y llegado a casa, volvió a sus quehaceres felices en Centralia, donde le esperaban su segunda mujer y su hija.
Por otro lado, tenemos a Elmer “Cy” Noble. Nacido en 1892, Elmer siempre fue un deportista nato. Habiéndose decidido por el football, nunca dejó de lado otros deportes, como por ejemplo el baloncesto. En 1913, abandonó Centralia para poner rumbo norte y dirigirse a la bulliciosa Seattle, donde se disponía a empezar los estudios universitarios. Como ya bien sabéis, la universidad de Washington le esperaba con los brazos abiertos. Allí eran conocedores de las habilidades deportivas de Elmer y querían explotarlas al máximo. Sobre todo Gil Dobie.
Junto a él, otros compañeros de instituto también pusieron rumbo norte dispuestos a dar el todo por el todo en los estudios, y alguno, el todo por el todo en el emparrillado, como John Markham y Charles Hoss.
Elmer pronto se ganó la confianza de Dobie en el emparrillado y logró ganarse un puesto de titular. Y aunque debió por motivos familiares ausentarse de la universidad, pasado el verano, volvió tanto a su fraternidad (Sigma Nu) como al equipo. Si bien en la anterior temporada entró como guard, Gil Dobie tenía otros planes para él. Noble iba a opositar a un puesto de titular en el backfield, mientras que su amigo Markham haría lo propio con un puesto en la línea.
Elmer Noble iba a adquirir un rol que no abandonaría nunca y es más, abanderaría el football de Gil Dobie hasta las últimas consecuencias. Gil Dobie no escatimaba elogio alguno al hablar de Noble. Se refería a él como uno de los mejores jugadores que había tenido bajo sus órdenes en Washington University, si no el mejor. Palabras mayores viniendo de una leyenda de los banquillos.
Tras la declaración de guerra de abril de 1917 y habiendo acabado su periplo universitario, decidió tomar las vestimentas castrenses y apuntarse en mayo del mismo año al ejército, donde recibió entrenamiento como oficial. Pero no iba a ir solo. Cinco compañeros suyos estarían con él, como bien apuntan las crónicas de la época. William “Wee” Coyle, Joel McFee, Fred Spargur, Charles Smith y Willis Bryant.
Fue el propio Coyle quien asombró a todos diciendo que Elmer hizo que todos los oficiales se quedasen boquiabiertos con su desempeño en el campo de entrenamiento y el despliegue de aptitudes físicas que realizó. Esto le granjeó a Noble reconocimiento y nuevas oportunidades. Abandonaría el campo de entrenamiento de Presidio y marcharía a Fort Sill, en Oklahoma.
Habiendo llegado el último tercio de 1918, la guerra estaba por decidirse. Los aliados prepararon una ofensiva. La ofensiva de Meuse-Argonne reunió a un contingente de tropas increíble. Y entre esas tropas estaba el First Lieutenant Elmer Noble, al mando del regimiento número 364 de infantería, perteneciente a la 91st Division. Esta ofensiva, conocida a la postre como ofensiva final, dio comienzo un 26 de septiembre de 1918 y acabaría el once de noviembre del mismo año con la firma del armisticio entre las potencias enfrentadas.
El 26 de septiembre fue el comienzo del final, pero también el final para los que comenzaban a entrar en combate. Un reguero ingente de cadáveres recorría el frente. Más de 300000 personas encontraron la muerte durante esta ofensiva, y algunas de esas personas, no duraron ni un día en el frente. Y si cuento esto, es porque, querido lector, tú también has pensado lo mismo.
Ese 26 de septiembre, Elmer “Cy” Noble encontró la muerte en Very, al noroeste de Verdun. En aquellos parajes donde, a día de hoy, se siguen sucediendo los escalofríos al pensar en el horror de aquellos días. Fue condecorado con la “Distinguished Service Cross” o Cruz por Servicio Distinguido a título póstumo.
Warren por su parte había vuelto a casa y pudo ver cómo acababa la guerra, como se firmaba un armisticio y cómo, por fin, el 28 de junio de 1919, la paz se sellaba definitivamente con el tratado de Versalles. Para celebrar la firma del armisticio, el once de noviembre de ese año, se organizó un desfile. Y ahí estaba él para celebrarlo, participando activamente del desfile… cuando en un momento del mismo, los disparos empezaron a sonar.
La confusión del momento dio paso a los gritos y a la estampida propia. Se localizaron los disparos y aunque uno de los autores, Wesley Everett fue atrapado a pesar de su intento de huida (se cree que hubo más gente implicada) y después del linchamiento de la época, fue puesto en la cárcel. Al día siguiente y ahorrándonos detalles escabrosos, diremos solamente que apareció ajusticiado tras no encontrársele en su celda.
Entre aquellos que sufrieron el impacto de las balas, había algún fallecido. Y uno de esos fallecidos, era Warren Ort Grimm. No entraremos en las disquisiciones de la masacre de Centralia, porque habría mucho de lo que escribir y no precisamente colegial.
Lo que sí queremos resaltar es que, dos hombres, los dos de Centralia; dos jugadores, los dos de Washington; dos oficiales, los dos en la Primera Guerra Mundial; encontraron el mismo destino de distinta manera.
Sirva este artículo para dar a conocer a dos jugadores, apreciados por su entrenador y por sus compañeros de equipo, y que siempre tendrán un lugar de honor en el Denny Field, donde disfrutaban del football y por ende, en el Husky Stadium, actual hogar del equipo de Washington.