[et_pb_section fb_built=”1″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]
Muchas veces, hay más vínculos aparte de la sangre que nos hace a las personas ser familia, o formar parte de ella. Va más allá de lo que digan unos papeles, por poner un ejemplo. Yo, en mi caso, tengo la grandísima suerte de tener una familia en el football nacional. Mi equipo, los Mercenarios, siempre están para lo que sus hermanos necesiten. Sean jugadores, entrenadores o directiva, el apoyo entre todos es fundamental y su amor, para con ellos, incondicional.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]
Hemos visto ejemplos razonablemente parecidos en el mundo real, en historias que nos han contado. Y alguna de esas historias, ha acabado en el cine. Pondremos de ejemplo The Blind Side, película basada en la novela homónima de Michael Lewis y que le sirvió a Sandra Bullock para llevarse el Oscar a la mejor actriz. Seguramente, querido lector, habrás visto y apreciado dicha película. Y la habrás disfrutado.
En la película, Michael Oher acaba siendo adoptado por la familia Tuhoy. Si bien Oher no estaba nada de acuerdo con cómo lo habían interpretado, si estaba de acuerdo con el mensaje. Un mensaje que levantó algunas ampollas, pero no hablaremos de ello. Hablaremos de “otro” Michael Oher, aunque está historia no tiene un final feliz. Su nombre, Demitri; Demitri Allison.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”https://coollegenation.es/wp-content/uploads/2023/03/Screenshot_337.jpg” title_text=”Screenshot_337″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][/et_pb_image][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]
Fuente: www.athletesforgod.com
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]
Demitri llegó a la vida de los Hartman con la docena de años ya cumplida. Nativo de Cornelius, North Carolina, al igual que Michael Oher, fue adoptado. Esta vez por la familia Hartman. Una familia que no lo pensó y decidió adoptarle, incluso en los tiempos más duros que les tocaba vivir. Demitri no les defraudó.
Consiguió llegar a la universidad, a un programa de la FCS como Elon Phoenix. La familia estaba contenta, puesto que era una gran universidad, que apostó por él y donde podría estudiar tranquilamente, estando cerca de casa; estando cerca de los Hartman, de su familia. Compaginaba sus estudios con su gran pasión, el football. Despuntó como Sophomore, pero llegado el momento de dar el salto de calidad como junior, este, no se dio.
Aún así él no perdía la esperanza y seguía centrado tanto en los estudios, como en el football.
Era sábado, siete de noviembre de 2015. Los Hartman, con un fin de semana copado por el football, fueron primero a ver a sus otros dos hijos, para después ir el sábado a ver jugar a Demitri. Elon jugaba en casa ante William and Mary. Y si bien la fortuna no sonrió ese día en el emparrillado, él sonreía a los demás. Se le veía sonriente, confesaba su madre en ESPN cuando lo relataba año después. Se le veía feliz. Parientes que llegaron desde otros puntos para verle jugar estaban presentes también. Cenaron, rieron.. disfrutaron de un gran tiempo en familia ese sábado y se despidieron. Los caminos se separarían, definitivamente
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]
A veces… esa felicidad de la cual hablamos es pasajera. Tres días después, Mark Hartman recibía una llamada. Era Rick Skrosky, entrenador de Demitri en Elon. Allison se había ausentado de las clases y no había ido al entrenamiento. También se había ausentado del desayuno que hacía el equipo. No era normal. Las alarmas saltaron y empezó un dispositivo de búsqueda, el cual finalizó en la tarde noche del miércoles once… cuando se encontró su cuerpo sin vida.
En Chapell Hill, en la universidad de North Carolina, hogar de los Tar Heels, apareció el cuerpo sin vida de Demetri Allison. Se había precipitado al vacío desde un edificio de diez plantas, el Morrison Residence Hall. La búsqueda había cesado, con el final que nadie quería.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”https://coollegenation.es/wp-content/uploads/2023/03/8458b550-d274-44f6-a3b9-ed85372becee.sized-1000×1000-1.jpg” title_text=”8458b550-d274-44f6-a3b9-ed85372becee.sized-1000×1000″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][/et_pb_image][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]
Fuente: www.elonnewsnetwork.com
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]
Un nudo en la garganta se hizo cuando se conoció la noticia. Y nada podía sospechar lo que dictaminaria el estudio forense. Demetri, se había suicidado. “Ojala hubiera sabido por lo que estaba pasando” decía su madre adoptiva completamente devastada.
Ese mismo miércoles, después del entrenamiento, sus compañeros, preocupados por él, recibieron la devastadora noticia, la cual corrió como la pólvora tanto por UNC, como por Elon, como el resto de universidades de la zona de Carolina del Norte.
Al día siguiente, en el Rhodes Stadium, lugar donde los Phoenix de Elon disputan sus partidos, amigos que conocían a Demitri, compañeros, profesores… e incluso gente que no le conocía tan bien se juntaron para rendirle un cálido y sentido homenaje, junto a su familia. Los compañeros de equipo, unidos por sus manos, acompañaban a los padres de Demitri. John Silas, uno de los capitanes y Tre Lennon acompañaban a la madre, Lisa, mientras que era el entrenador Skrosky quien estaba con Mark, el padre.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”https://coollegenation.es/wp-content/uploads/2023/03/5685a6cdc1528.image_.jpg” title_text=”5685a6cdc1528.image” _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][/et_pb_image][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]
Fuente: www.greensboro.com
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]
Silas, Lennon, Borders, Howell y Oliver fueron un apoyo tremendo como bien contaba Lisa, y no dejaron a la familia en ningún momento. Desde el miércoles mismo que se conoció la noticia, estuvieron con la familia y fueron el muro que necesitaban y lo siguieron siendo en días posteriores, sobre todo el jueves, en el homenaje que se le hizo. No hicieron falta palabras más altas que otras. En la yarda 50 del campo, todas las personas congregadas se juntaron, rezaron y celebraron su vida, porque como dijo el capitán, John Silas:
“Él no querría que estuviéramos tristes, él nos querría felices”.
Seguro que todos lo intentaban recordar como la persona que conocieron, aquella persona que te sonreía y te alegraba el día. Aquella persona que siempre estaba dispuesta a ayudarte. Aquel hijo que le decía te quiero a los miembros de su familia. Aquel muchacho que siempre estaba dispuesto para lo que fuera necesario junto a sus hermanos del equipo.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”https://coollegenation.es/wp-content/uploads/2023/03/Screenshot_336.jpg” title_text=”Screenshot_336″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][/et_pb_image][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]
Fuente: www.athletesforgod.com
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]
Él era el hermano mayor de los hijos de Mark y Lisa y como hermano mayor era una figura idealizada por sus otros dos hermanos. Joe, el hermano mediano jugó al football pero acabó decantandose por el baloncesto, jugando en la universidad de Haverford. El pequeño siguió jugando con Demitri. Y Demitri le sigue acompañando. Este año, jugará con el en Southbend, porque aquel muchacho que le lanzaba pases, aquel con el que pulía sus rutas, jugaba en Winston-Salem. Aquel que nunca juega solo, es Sam Hartman.
Continuará…
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default”][et_pb_column _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” type=”4_4″][et_pb_text _builder_version=”4.20.2″ _module_preset=”default” hover_enabled=”0″ sticky_enabled=”0″]
Anton @ElChicodelDAI
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]